Cuidémonos del camión de la basura

sábado, diciembre 14, 2013 dmentepoisitiva 0 Comments

Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un coche que salió como bólido de donde estaba estacionado.

El conductor del taxi en que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a nosotros.

Después de esto, el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el accidente, comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías.

Todavía recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chófer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.

Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente enviarnos al hospital.

Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo "La Ley del Camión de Basura".

Mire, me dijo: - ¿Ve aquel camión de basura?
- Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
-Pues, así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción. Tan pronto como la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso, cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo como algo personal; sino que sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.

A partir de ese día comencé a pensar cuántas veces permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunto a mí mismo en cuántas ocasiones recojo esa basura mía y la esparzo sobre otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.

Así que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y así veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo como personal, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.

La gente feliz no permite que los Camiones de Basura altere su paz y sosiego.

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